Mayo, mes de la madre, para nosotros es un honor cerrar éste mes con dos blogs en su homenaje, en ésta primera entrega tendremos un enfoque sistémico del rol de la madre en el Sistema Familiar.

El programa completo dedicado a éste tema de Un Café con FAMI pueden mirarlo en siguiente enlace: https://fb.watch/5MMG7bXr_z/

LA VIDA, LA MADRE

Tenemos varias madres, la primera, la madre de todos, la fuente, la conexión divina con nuestro ser, se llama VIDA. Para llegar a la vida lo hacemos mediante nuestra madre biológica, ese ser sublime y amoroso. Mamá es nuestro primer vínculo con la vida, y la primera con la que establecemos una relación.

La relación que tengamos con ella, va a gestionar también la manera en que llevamos el resto de nuestras relaciones (con nosotros, relación laboral, de pareja, profesión, con las circunstancias).

A partir de nuestra concepción, por medio de mamá, percibimos el mundo exterior. Desde su vientre podemos sentir sus emociones, lo que le afecta, sus caricias, su voz. Antes de nacer comenzamos a almacenar información que nos proporciona nuestra madre.

Estudios revelan que los entornos en los que la madre se desenvuelve y su estado emocional y psicológico inciden directamente en el feto, y es fundamental para su desarrollo psicológico durante la niñez. El vínculo materno-fetal se asocia directamente con aspectos emocionales y cognitivos influyendo directamente en la relación madre – bebé.

La Madre en el Sistema Familiar

En el blog anterior (https://www.fami-ec.org/orden-y-jerarquia-en-el-sistema-familiar/)  observamos los órdenes en el Sistema Familiar, basados en los Órdenes del Amor (Pertenencia, Jerarquía, Dar y Recibir).

Pertenencia:

La madre y los hijos como parte del sistema familiar, siguen éstos órdenes, sin embargo, comienza el desorden cuando:

  • Excluimos o usurpamos el papel de nuestra madre,
  • No somos capaces de reconocer dentro de mi sistema a mi madre biológica (si no crecí con ella),
  • Juzgamos por lo que hizo bien o mal,

El vínculo con mamá, debe ser reconocido y sanado. En el momento que le agradecemos por la vida, se abre el vínculo de la pertenencia al sistema familiar.   

Jerarquía:

Cuando el orden se pierde, se abre paso a dificultades y trastornos. Esto ocurre por ejemplo cuando:

  • Queremos ocupar inconscientemente el rol de nuestra madre,
  • Creemos que somos mejores que ella, e intentamos enseñar algo,
  • Nos ponemos en el rol de que yo sé más que ella,

Cualquiera de éstas situaciones, refleja que le veo débil, le quito fuerza a ella y me resto fuerza de la vida a mí mismo.

Una mamá, de seguro se va a sentir halagada y querida con el cuidado de sus hijos, sin embargo, es importante saber desde donde lo hacemos.

Tomar el rol de hijos, significa ubicarnos en el lugar que nos corresponde, y hacer éstas actividades por servicio, por amor.

Un factor fundamental es recordar que yo no le cuido a mi madre, yo le sirvo, y lo hago porque le amo.  En ese momento me ubico en el rol que me corresponde, en el de hijo, sin sentir esa carga, responsabilidad o deuda, y entonces me ordeno.

Cuando convertimos el cuidado a la madre, en obligación, es momento de regresar a nuestro lugar.

Dar y Recibir:

En esta relación con la madre, no encontramos éste equilibrio, pues ella siempre da más y nosotros un poco menos y ese justamente es el equilibrio en ésta relación con ella.

Madre es: Vida, Éxito, Salud, Dinero

La madre es la fuerza para ir y sonreírle a la vida. De ella nos viene la relación que tenemos con el dinero, la salud, el éxito, de modo que, si me pongo más arriba o al lado de mi madre, no voy a poder recibir nada de las bondades de la vida. Mi lugar como hijo es debajo de ella.

Cuando logramos ordenarnos, y ocupar nuestro rol como hijos, o como madre, logramos que el sistema sane, logramos aceptar a todos tal como son, como fueron y como serán.

Al momento de ordenarme, tengo el encuentro con mi lugar en la vida, con la abundancia, con el éxito, que por derecho tenemos al nacer.

Trabajo de Sanación

Cuando empezamos a juzgar a nuestra madre, desde nuestras creencias de lo que hubiésemos querido o no de ella, empezamos a ponernos una barrera y no podemos ir hacia la vida, no sentimos esa libertad, simplemente porque nuestra relación con mamá no se encuentra sana.

El trabajo inicia desde cada uno de nosotros, con la auto observación para descubrir qué relación tenemos con ella. Para iniciar éste trabajo, te dejo 2 preguntas para que la analices.  Puedes sentarte, incluso escribir para ti mismo, conectando con tu interior y siendo sinceros:

¿Qué imagen tengo de mi madre? ¿Cómo la recuerdo/ cómo la miro?

Independientemente si mamá sigue aún o no con nosotros, éste trabajo de sanación es fundamental.

Tomar a la Madre
Aceptación:

Al aceptar a la madre, tal cual, sin juzgarla, se empieza a mirar con nuevos ojos la vida y todo alrededor. Tomar a la madre es tomar la vida.

Aceptar a la madre, también es aceptar a los hijos, tal como son (en el caso de ser padres), cada uno vive sus procesos, y es importante disfrutar del proceso de cada uno. Permitir a los hijos que descubran, los incentivará también a que ellos puedan respetar los procesos de los demás.

Gratitud:

Gracias a nuestra madre estamos aquí, y podemos disfrutar todo lo que la vida tiene para nosotros, todas las oportunidades, las elecciones, todo el aprendizaje diario. Cuando sentimos ésta gratitud por la vida que nos dio, (lo menciono de nuevo) abrimos el vínculo de pertenencia.

Toma a mamá en tu corazón, siente su presencia, su cuidado, su poder de creación, de generación y transformación, y ve hacia la vida. ¡Mamá es la vida!     

Tomamos a la vida en la medida que tomamos de nuestra madre. Bert Hellinger