Cuando los padres reciben la noticia de que su hijo/a tiene TDAH, se sienten sorprendidos, preocupados, desorientados y hasta culpables. Entender qué es el TDAH y los desafíos que implica, ayudará a la familia a encontrar el camino para enfrentarlo.

El TDAH es un síndrome es decir un conjunto de signos y síntomas,  causado por factores genéticos, ambientales y/o de desarrollo (cerebral). Con frecuencia está presente en miembros de una misma familia (padres con TDAH pueden tener hijos con TDAH). Es detectado en la infancia y en muchos casos se mantiene en la adultez. También se presenta con mayor frecuencia en niños que en niñas.  

Se caracteriza por un menor desarrollo de la atención (distracción moderada a grave, períodos de atención breve), hiperactividad (inquietud motora) y comportamiento impulsivo (inestabilidad emocional y conductas impulsivas).  Produce problemas de funcionamiento escolar, familiar y social y llega a dificultar el desarrollo emocional y cognitivo de la persona que lo tiene. En algunos casos presenta comorbilidad (co-existencia) con otras condiciones como ansiedad, depresión, oposicionismo desafiante a las figuras de autoridad, desregulación disruptiva del estado de ánimo (fácilmente se irritan y tienen menor tolerancia a la frustración), dificultades de conducta y de aprendizaje. 

Como todo en la vida, también el TDAH puede presentar ventajas para quien lo tiene, como por ejemplo:

  • Las personas con TDAH actúan de forma espontánea y sincera.
  • Pueden actuar y pensar muy deprisa, resultando rápidos y ágiles.
  • Suelen ser ordenados en su caos.
  • Generalmente aprenden muy rápido aquello que les interesa mucho.
  • Al tener una gran energía y actividad, muchos sobresalen en deporte y actividades físicas.
  • Siempre suelen estar haciendo algo porque no toleran el aburrimiento.
  • Por lo general se sienten bien siendo el centro de atención o el líder del grupo.
  • Muchos son muy sensibles.
  • Algunos hablan mucho y pueden llegar a convertirse en excelentes narradores de historias.
  • Los que presentan hiperactividad-impulsividad suelen tener asociado un rasgo de temperamento: búsqueda de novedades, por lo que tienen facilidad para desarrollar actividades creativas.

Es necesario concienciar que la mayoría de personas que presentan TDAH, deberán a aprender a aceptarse y manejar sus características toda la vida; además que el tratamiento no curará el TDAH, pero ayuda a superar o disminuir los síntomas y llevar una vida normal y feliz.  

El tratamiento típicamente incluye intervenciones familiares, psicopedagógicas, conductuales y en algunos casos farmacológico (uso de medicamentos). Si se diagnostica y se trata de manera temprana, el resultado puede ser mucho mejor.

Para reducir los problemas o las complicaciones si su hijo padece TDAH los padres pueden:

  • Ser consecuentes, establecer normas, límites y consecuencias claras y justas para el comportamiento de su hijo.
  • Armar una rutina diaria para su hijo con expectativas claras que incluyan cosas como horarios de acostarse, horarios matinales, horarios de comida, actividades simples y tiempo limitado de televisión y videojuegos.
  • Tener un estilo de vida saludable: procurando una alimentación sana y un tiempo de sueño adecuado para su edad.
  • Generar oportunidades para realizar actividades deportivas y recreativas que lo estimulen. 
  • Limitar el tiempo frente a la pantalla, evitar demasiada exposición frente a la televisión y los videojuegos.
  • Aceptar a su hijo de manera incondicional, brindándole afecto y comprensión pero a la vez corrigiéndole con firmeza cuando sea necesario.
  • Evitar otras tareas cuando esté hablando con tu hijo, realizar contacto visual cuando le den instrucciones, y guardar algunos minutos todos los días para escucharlo y estimularlo.
  • Trabajar y comunicarse permanentemente con profesores y personas responsables de su cuidado.

                                                                                                          Marcela Tello

                                                                       Psicóloga infantil/Terapeuta familiar